Meditación del evangelio en video por el p. David Caja (sacerdote católico)
- Evangelio Juan 1, 35-42
En esta reflexión del evangelio el padre David Caja nos explica la diferencia entre estar atentos o no a Jesús cuando pasa por nuestras vidas. Juan el Bautista se fija en Jesús que estaba pasando, estaba atento a reconocer a Jesús cuando le sale al encuentro. En cambio muchas veces el Señor está hablando a nuestro corazón y no nos damos cuenta y lo dejamos pasar de largo sin mirarlo siquiera.
También este pasaje del evangelio nombra al Cordero de Dios (ver Éxodo 12 y Apocalipsis 14) que es el que quita el pecado del mundo cargándolo sobre sí. Jesús es este Cordero de Dios. En Arameo el idioma de Jesús el término Cordero y Siervo es el mismo (Siervo de Dios ver Isaías 53).
Siguiendo la narración del evangelio los dos discípulos de Juan le oyen a Juan el Bautista -su maestro- y siguen a Jesús. Jesús les hace una pregunta: ¿Qué buscáis? y ellos le contestan ¿Dónde vives? Si solo queremos de Dios cosas terrenas estamos equivocando el camino, Dios no vino al mundo para eso. Al responderle así ellos se interesan por conocer a Jesús, desean saber quién es. Esta es la vida eterna, conocer a Dios y cumplir sus mandamientos. Entonces lo que debemos buscar es conocer a Dios, y así amarle y hacer su voluntad en todo.
Ellos se quedaron con Él (ver Catecismo 787). Jesús quiere que permanezcamos en Él y nos comparte su Misión para que estemos unidos a Él, unidos tanto en la dicha como en los sufrimientos. El que recibe la comunión permanece en Jesús y Jesús permanece en él.
¿Qué tenemos que esperar de Dios? (ver Catecismo 1817) La verdadera esperanza y felicidad es esperar el Reino de los Cielos y la Vida Eterna. Recordemos que el buscar estar con Jesús también era la felicidad de María, ese era su gozo y Ella nos lo enseña siempre.
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